Yozo, la
necesidad de un sujeto liminar, a partir de la vergüenza y la culpa, en Indigno de ser humano
Tsushima Oda
I
De la ambigüedad del discurso:
Watakushi Shousetsu, Ficción y Autoficción
No es de sorprendernos que se considere la obra de Osamu Dazai como un
discurso autobiográfico, precisamente un rasgo particular de sus relatos radica
en la proximidad que se genera entre
el autor y el lector, como una especie de intimidad de la que se es
privilegiado. Mas dicha cercanía entre ambas partes no resulta, en efecto, certera.
Llegamos a aquello debido a la ambigüedad discursiva que advertimos en su obra.
Una de las cuales será Indigno de ser
humano (人間失格 [Ningen shikkaku]). Tengamos presente,
ante todo, que esta característica parte directamente de la voz del que enuncia.
Por lo tanto no podemos interpretar arbitrariamente los acontecimientos
presentes en la diégesis de la novela como propios del autor, asimismo hemos de
tener cuidado con la correspondencia de la intención enunciativa.
Pues bien, en principio sabemos que al tratarse de una
obra literaria estamos frente a un discurso de carácter ficcional (invención implícita),
sin embargo la recurrente ambigüedad que ocurre entre autor-personaje no llega
a solucionarse al analizarla desde ese enfoque. Por otra parte, advertimos una característica
clave debido a la que obtenemos un discurso de ese tipo, nos referimos al
sentimiento de vergüenza (恥, haji) que
experimenta nuestro protagonista. En este punto consideramos válido
cuestionarnos: ¿resulta una experiencia propia del personaje o por el contrario
se trata de la experiencia del autor? ¿es Dazai quien se confiesa a través de
la voz del personaje?
Para poder resolver la problemática anterior será
preciso dirigirnos hacia el concepto de autoficción y hacia una forma de
escritura en particular, la de la Watakushi shousetsu (私小説) o Novela del yo. A pesar de que la
WkS[1]
tiene como antecedente al naturalismo occidental los escritores japoneses no la
asimilaron como una «objetividad cruda», esto es, una manera de escribir la realidad. Al contrario tomaron como
base de su escritura la subjetividad. Aspecto aquel que la distancia del
concepto que se tiene de la novela occidental durante la 1ra mitad del siglo XX.
De manera que no se la pueda clasificar como un discurso de pura ficción
(invención).
Por su parte, la Dra. Kawana (2016) menciona que dos
serán las características apreciadas en la novela japonesa de dicha época y por
las cuales se menospreciará lo propiamente ficcional, contemplando la novela
occidental, a saber: la veracidad y sinceridad. No así tales rasgos tan buscados
por lectores y críticos japoneses no se cumplirán plenamente en la WkS. En este
sentido, si no tratamos con un discurso propiamente ficcional ni confesional (autobiográfico)
¿a qué tipo de discurso nos enfrentamos?
Ahora bien, para resolver la situación ambigua de la WkS,
necesitamos analizar el discurso ficcional literario. De lo que anticipamos un
resultado que no abarca las posibilidades de la misma. Al respecto Kate
Hamburger (2010) propone la creación de
mundos distanciándose con ello del aspecto mimético enunciativo de la realidad
(empírica), otorgando así autenticidad y autonomía a los personajes, de manera
que pasen a ser sujetos y ya no objetos del discurso. Por otro lado, Martínez
Bonati (2010) propone un discurso de fuente imaginaria, donde el autor deja de
ser considerado como el locutor del discurso, para tomar el lugar de generador
del lenguaje (signos lingüísticos). Dando lugar a una clara distinción entre
“el habla del autor” y “el habla del personaje” (Bonati, 2010); por lo que
sabemos, hasta el momento, los enunciados en el discurso narrativo corresponden
a los personajes y narradores. Ello nos permite observar el motivo por el cual
la WkS no puede entenderse como un discurso de pura ficción.
Recordemos que uno de sus rasgos característicos es, precisamente, la
ausencia de dicha claridad razón por la que deja en el lector la impresión de enunciados
de verdad, aquellos que se verifican con la realidad empírica. Aunque advertidos
de que esa no es la clase de enunciados que propone este tipo de discurso,
cuando W. Mignolo (2010) nos habla acerca
del “proceso de autentificación” sabemos que nos aproximamos a una posible
solución. En dicho proceso intervienen el autor y su audiencia
(lector) y el narrador y su audiencia (lector). Los objetos ficcionales
enunciados existen en dicho espacio, único en el que son posibles; pero tal
existencia resulta ignorada, no nula, por el lector hasta ser leídos. En el
momento en el que lee el texto los objetos (hechos y sujetos, también) se
autentifican en el espacio actual del lector y del autor, esto es, mundo
empírico; la existencia del objeto ficcional deviene una realidad factual. Ello
podría explicar hasta cierto punto el porqué de la ambigüedad en la novela de Osamu
Dazai, pensemos, por ejemplo, en la habitación de Horiki, tal existe en su
espacio apropiado, el ficcional, y una vez que el lector es consciente de éste,
dicha existencia pasa a ser una posibilidad factual en el mundo empírico: puede
existir, parece existir. Ocurre una especie de acuerdo tácito entre el autor y
el lector y entre el narrador y el lector.
Por tal razón los enunciados de la novela se asemejan, por una parte, a
algo que existió o pudo haber existido (representación) y, por otra, se
autentifica su existencia como una posibilidad factual. Sin embargo, las
propuestas que hemos revisado hasta el momento se centran en discursos
enunciados por una tercera persona, por lo que resulta más sencillo identificar
la frontera entre autor y personaje o narrador, mas ¿qué ocurre cuando la voz que
enuncia corresponde a un ‘yo’ (sujeto en primera persona)? ¿cómo debemos
abordarlo?
En efecto, aquello sucede en Indigno
de ser humano. Es la voz de un ‘yo’ (1ra persona) la que nos cuenta los
hechos. Se abre paso a la novela con un prefacio en el que un autor anónimo nos
presenta ciertos aspectos sobre Yozo, de quien ya se sospecha su protagonismo.
Por voz de dicho autor estamos enterados de que lo siguiente ha sido escrito
por nuestro protagonista a manera de diarios. Enseguida ocurre un cambio de
enunciador, y aun sabedores de este desplazamiento, experimentamos los
acontecimientos como vivencias propias y reales de Osamu Dazai. Tal fenómeno lo
comprendemos cuando consideramos a la novela dentro del campo de la
autoficción, discurso del cual se nutre la WkS. Al respecto, dirá la Dra.
Kawana que se trata de “una construcción hecha de elementos tomados de la
memoria, o sea, una ‘ficción de sí’” (2016, p.6). Así se entiende que el
contenido de este tipo de novela se basa en las vivencias del autor. Pero hemos
de tener cuidado aquí, ya que no se trata del hecho real, es decir, una vez
experimentadas, las vivencias, han de ser interpretadas para luego escribirse,
dando con esto un objeto modificado del que no se quiere un intento de
imitación, sino, más bien, algo siempre vinculado.
Con lo anterior podemos advertir que esta clase de discurso, autoficcional,
cumple una función primaria para comprender la ambigüedad de la novela y, por
otra parte, a manera de puente, permite la interacción entre dos esferas de acción:
ficcional y empírica. De esta manera, se esclarece que no es intención del
autor confesarse, de lo contrario encuentra las formas apropiadas para crear un
discurso con el que tanto lector como crítico literario se sientan próximos al
corazón del mismo Dazai, tales serán los diarios, notas, cartas, etc. Aun
hayamos avanzado en la resolución del problema inicial, la ambigüedad del discurso,
todavía queda preguntarnos si las enunciaciones de Yozo afectan en verdad a
Dazai. Ya que si comprendemos la ambigüedad discursiva como la intención de
nuestro autor esto daría lugar a un engaño hacia lector, lo que a su vez
significaría que el sujeto se vuelve objeto del discurso. Asimismo, la novela terminaría
por corresponderse con un discurso de pura ficción.
A estas alturas resulta preciso hacer una distinción
entre el contenido y la enunciación. Entendamos al primero como los hechos,
sujetos, objetos y tema del discurso. Y al segundo como la intencionalidad del
personaje o narrador. Así tenemos, por una parte, la similitud del acontecimiento ficcional con uno empírico,
pero sin necesariamente referirlo; y por otra, la subjetividad del personaje o
narrador, es decir, sus sentimientos y pensamientos. Todo lo cual se interpreta
como la intención discursiva.
Ahora bien, contemplando lo anterior, cabe
preguntarnos si dicha intención se encuentra desvincula por completo del autor.
Lo que trae consigo, ¿Quién se experimenta vergonzoso? ¿Quién se compromete, en
verdad, con las enunciaciones? Hasta el momento podemos llegar a una primera
conclusión: debido a que el discurso de la novela actúa mas como uno
autoficcional podemos distinguir entre dos niveles enunciativos: el del autor y
el del personaje-narrador. De manera que la enunciación de un yo (1ra persona) dé
como resultado el rasgo ambiguo del mismo. Y esto a su vez nos permita
vislumbrar una posible solución en lo que denominaremos permutación de
responsabilidades, es decir, Yozo se compromete, con su enunciación, en nombre
de Dazai.
Referencias
Dazai, O. (2018). Indigno de ser
humano. Barcelona: Sajalín.
Kawana, K. K. (2016, 22 de diciembre). Fìcção e realidade na
literatura japonesa: o watakushi shôsetsu e o caso de Osamu Dazai. Criação e Crítica. Recuperado de Revista
Criação & Crítica (usp.br)
Pozuelo Yvancos, J. M. (2010). Poética
de la ficción. Madrid: Síntesis.
太宰治 (2020年)。人間失格。日本:新潮社。[Dazai, Osamu (2020). Ningen Shikkaku. Nihon:
Shinchosha].
-----------------------------------------------------------------
Sobre
el autor
Licenciado en Lengua y
Literatura de Hispanoamérica. Actualmente encargado del Círculo de literatura
japonesa y miembro de la revista cultural Gramanimia. Amante de la cultura
japonesa, literatura y en especial de la poesía. Ha publicado en revistas electrónicas
poemas y ensayo; cuenta con la publicación del poemario Virgo. entre los temas
de investigación le interesa la funcionalidad del lenguaje literario en cuanto
a su efecto en la esfera empírica, así como el análisis del sujeto liminar como
elemento imprescindible para un discurso literario con consecuencia pragmáticas
Ilustración
realizada por
@aparato_nacional
@drasenx
----------------------------------------
Términos Legales
La revista digital de difusión cultural
Aparato Nacional certifica que el texto publicado en este espacio por Tsushima
Oda (pseudonimo sugerido por autor) es completamente de su propiedad. La
revista se compromete a hacer solo difusión de su trabajo, no se adueña de los
escritos. Las correcciones de estilo y el acompañamiento editorial de la Revista solo
llevaron a pulir el texto, no a transformarlo en algo nuevo.
En caso de que publiquemos algo que sea
plagio, por favor, contactarse con nosotros a través de cualquiera de nuestras
redes sociales o a nuestro correo: Revistaaparatonacional@gmail.com
----------------------------------------
¿Quieres apoyar a Aparato Nacional?
Nequi Colombia: 319-586-9613
Patreon: www.patreon.com/Aparatonacional
Facebook: Revista
Aparato Nacional
Telegram: Revista
Aparato Nacional
Instagram: @aparato_nacional
Paypal: Paypal.me/drasenx
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

No hay comentarios.:
Publicar un comentario